El Real Madrid continúa sumido en un mar de dudas, atrapado en un subsuelo oscuro y caótico, donde ni su emblemático escudo ni su fortaleza en el Santiago Bernabéu parecen ofrecer protección. Después de un primer tiempo lleno de desajustes, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti acumuló otra derrota en su camino en la fase de liguilla de la Champions League, esta vez frente a un Milan que, pese a su irregular temporada, supo aprovechar las grietas del Madrid.
El Bernabéu se convierte en escenario de frustración
Cuando el árbitro anunció seis minutos de añadido con el marcador 1-3 en contra del Real Madrid, el habitual fervor del público blanco no se hizo sentir. No hubo jolgorio ni esperanza, solo un profundo silencio y los pitos que inundaron el Bernabéu, evidenciando el hartazgo de una hinchada que ya no reconoce a su equipo. En los dos últimos partidos en casa, el Real Madrid ha sido víctima de su propio desmoronamiento, cargando con un doloroso 1-7 en su cuenta de goles recibidos.
Las sombras de la era Ancelotti
Bajo la dirección de Ancelotti, el Madrid atraviesa una de sus peores crisis en los últimos años, con solo dos victorias y dos derrotas en la Champions. En esta segunda etapa del técnico italiano, la sensación de agotamiento es palpable. El Madrid ha perdido su estructura y, lo más alarmante, ha perdido también esa capacidad de resistencia que lo hacía temido en el continente. Ni los cambios tácticos ni la determinación de jugadores como Bellingham, que se mudó de la derecha a la izquierda, parecieron generar el efecto esperado. El Madrid comienza a caer en un ciclo sin fin de buenas intenciones que se desvanecen en frustración.
Un Milan rejuvenecido y confiado
Mientras el Madrid daba señales de vida al principio del partido, el Milan se mostró más sólido y tácticamente preparado para enfrentar los altibajos del equipo merengue. La jugada clave llegó cuando Morata, con un pase perfecto, dejó a Leão frente al arco de Lunin. El portugués, que regresaba al once titular tras semanas de tensión con su entrenador, Paulo Fonseca, anotó un gol que desestabilizó al Madrid aún más. A partir de ahí, el Milan controló el ritmo del encuentro, aprovechando cada oportunidad de contraataque.
Mbappé y el Madrid sin puntería
Kylian Mbappé, que venía con la mira desajustada, intentó darle la vuelta a la situación en varias ocasiones. Sin embargo, ni su velocidad ni sus carreras hacia el área fueron suficientes para superar al arquero rival, Maignan, quien desactivó varias jugadas peligrosas. El delantero francés, que había tenido un rendimiento estelar en partidos anteriores, ahora parecía perdido en el caos colectivo que invadía a su equipo.
Defensa desbordada y crisis de confianza
La defensa del Real Madrid, encabezada por Lucas Vázquez, fue incapaz de contener a Leão y Theo Hernández por la izquierda, quienes explotaron las debilidades del lateral gallego. La situación se complicó aún más cuando Tchouaméni cometió errores de pase, lo que permitió que el Milan acelerara y siguiera presionando. Leão, en otra jugada peligrosa, disparó al arco, pero Lunin evitó el gol. Sin embargo, Morata volvió a marcar, poniendo el tercer tanto en el marcador y hundiendo aún más la moral de los jugadores del Madrid, que no daban señales de reaccionar.
Reacciones y cambios tácticos que no alcanzan
Ancelotti, al ver que la situación se desbordaba, movió su banco y sustituyó a Tchouaméni y Valverde para darle entrada a Camavinga y Brahim. Estos cambios trajeron algo de agitación al Madrid, pero la falta de puntería y la inestabilidad del equipo no les permitió capitalizar las oportunidades. Incluso Bellingham, que parecía ser el salvavidas en los primeros minutos, no logró concretar las ocasiones que tuvo.
Un Madrid irreconocible y perdido
Lo que alguna vez fue un equipo imbatible y capaz de castigar la más mínima grieta en el rival, hoy parece perdido, sin rumbo y sin una identidad clara. La derrota ante el Milan no solo refleja los problemas tácticos del equipo, sino también una crisis de confianza que, hasta hace poco, parecía impensable en el Real Madrid. El equipo sigue buscando respuestas, pero el tiempo para encontrar soluciones está agotándose.
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