Pocas veces el fútbol entrega escenas que desafían la lógica y convierten un partido en una anécdota surrealista. Esto fue precisamente lo que ocurrió en el enfrentamiento entre Aston Villa y Brujas por la cuarta jornada de la Champions League, cuando una decisión del árbitro dejó atónitos tanto a los jugadores como a los aficionados, marcando un momento que muchos ya llaman “el penalti más absurdo de la historia”.
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El Desafortunado Blooper de Martínez y Mings
La jugada que acaparó la atención ocurrió en la segunda mitad del encuentro. Emiliano ‘Dibu’ Martínez, guardameta del Aston Villa, ejecutó un saque desde su portería, pasando el balón a su compañero de equipo, Tyrone Mings. Pero en un giro inesperado, Mings tomó el balón con las manos, creyendo que aún no estaba en juego. El árbitro, Tobias Stieler, no dudó en sancionar penalti ante la infracción, y la incredulidad se extendió por todo el estadio.
Los propios jugadores del Aston Villa, así como los del Brujas, reaccionaron con sorpresa y confusión ante la decisión. Aunque la jugada parecía inofensiva, el reglamento fue claro: al haber sido puesta en juego por Martínez, la acción de Mings calificó como mano. La incredulidad creció en las gradas y en el banquillo, donde el entrenador Unai Emery no podía dar crédito a lo sucedido.
Una Situación Insólita con Antecedentes en la Champions
Curiosamente, esta no es la primera vez que una situación similar ocurre en el torneo. En la temporada pasada, el portero del Arsenal, David Raya, protagonizó un episodio casi idéntico con Gabriel Magalhaes durante un partido contra el Bayern Múnich. En esa ocasión, el árbitro Glenn Nyberg decidió no señalar penalti, considerando que el error había sido involuntario y “un despiste infantil”. La tolerancia mostrada en ese caso contrastó con la rigurosidad de Stieler, quien dejó claro que en el fútbol profesional cada detalle cuenta, y que incluso los errores más inocentes pueden cambiar el curso de un partido.
Brujas Aprovecha el Error y Marca Gol
Tras la sanción, el Brujas aprovechó la oportunidad y convirtió el penalti en gol gracias a Hans Vanaken, ampliando su ventaja y consolidando su posición en el partido. El Aston Villa, que había llegado como líder del grupo, se vio superado en una jugada que marcó un antes y un después en el encuentro, resaltando cómo una pequeña distracción puede tener un impacto decisivo en el resultado.
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