El desastre de los Philadelphia 76ers en su visita a Miami (106-89) ha dejado al equipo en una situación aún más crítica, con un balance de 2-11, el peor de toda la NBA junto a los Washington Wizards. Las expectativas eran altas para los Sixers tras una temporada de fichajes millonarios, donde Joel Embiid, Tyrese Maxey y Paul George formaron el nuevo «big three» del equipo. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente.
Una temporada llena de lesiones y frustración
Desde el comienzo de la campaña, las lesiones han sido una constante. Embiid, quien firmó una extensión de tres años por 193 millones de dólares, sufrió un percance de rodilla que le impidió iniciar la temporada y, desde entonces, ha estado lejos de su mejor forma. Paul George también llegó con problemas físicos y no ha podido estar en su nivel óptimo. A esto se suma el bajón de Tyrese Maxey, quien, tras una brillante temporada pasada, ha sido incapaz de encontrar su ritmo debido a diversas complicaciones.
Contra los Heat, Embiid, quien jugó enfermo, se mostró perdido en la cancha y solo consiguió 11 puntos, lo que reflejó aún más su desconcierto y su falta de protagonismo. El equipo parece estar descompuesto y carece de dirección, a pesar de tener uno de los elencos más talentosos de la liga.
Tensiones en el vestuario
La crisis en los Sixers no solo es deportiva, sino también anímica. Tras la derrota en Miami, los jugadores y el entrenador Nick Nurse se mostraron reacios a hablar con la prensa, lo que generó suspicacias sobre el estado interno del vestuario. Según informes de Shams Charania, en una reunión de urgencia convocada por Kyle Lowry, Maxey no dudó en enfrentarse a Embiid. El joven base, que sigue subiendo de nivel, recriminó a Embiid su actitud hacia las actividades del equipo, señalando que su impuntualidad estaba afectando negativamente al grupo. Maxey y Embiid tienen una relación cercana, pero este incidente dejó claro que hay roces internos que podrían afectar la dinámica del equipo.
Además, Nurse, quien también está bajo el radar por el bajo nivel de juego del equipo, fue criticado por algunos jugadores, quienes pidieron mayor exigencia y atención a los detalles. Embiid, por su parte, aceptó las críticas, pero expresó estar confundido con los esquemas que el equipo está tratando de implementar.
Un futuro incierto para los Sixers
La temporada sigue siendo un completo desastre para los Sixers, que, con la ya mencionada racha de 2-11, no logran encontrar su identidad en la cancha. Con un calendario de partidos difíciles por delante y con la presión de las expectativas, el futuro inmediato de la franquicia está en peligro. Las lesiones y los problemas internos solo complican aún más una temporada que ya parecía prometedora.
Si no se encuentran soluciones pronto, los Sixers podrían quedar fuera de los playoffs, lo que pondría en riesgo el proyecto que se ha construido alrededor de Embiid, Maxey y George. La falta de química en el vestuario, combinada con los problemas en la cancha, hace que el panorama se vea oscuro para uno de los equipos con mayores aspiraciones de la temporada.
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